Tras una crisis de representatividad, los jingles levantan la campaña

Este informe analiza el fenómeno de los jingles sobre la campaña electoral 2023 surgidos en el programa Tres Estrellas en el canal de streaming Gelatina que se emite diariamente por Youtube. En un contexto donde la política argentina no logra interpelar a la sociedad, la cultura participativa del electorado, a través de los jingles, modificó el modelo de comunicación política tradicional utilizando el humor y la creatividad como herramienta, transformando a los consumidores del programa en prosumidores. 

Como empezó…

El programa Tres Estrellas conducido por Pedro Rosemblat, Ivana Szerman y Marcos Aramburu abrió una nueva puerta en 2023 cuando compartieron al aire un jingle del entonces candidato a presidente Guillermo Moreno y, entre comentarios y carcajadas, abrieron el juego a ver si alguno de los espectadores podía superarlo. 

Foto: Gelatina

“De repente fueron cayendo audios de WhatsApp y se fue poniendo cada vez mejor”, contó Marcos Aramburu, quien afirmó que no la vio venir. “La finalidad al principio era divertirse, no era más que eso y así lo vivo. No sé si los jingles le dieron mística a la campaña. Creo que a la campaña le falta creatividad”, agregó. 

Si de comunicación política se trata, a pesar de que reconocidos expertos internacionales forman parte de los equipos de campaña, hay una realidad y es que no es una tarea simple llegar al electorado jóven. Los adolescentes que crecieron padeciendo crisis económicas y sanitarias, producto de la pandemia y de la deuda externa, se encuentran completamente desmotivados. No solo para participar del escenario político activamente, sino también cuando se trata de encontrar representatividad o empatizar con alguno de los candidatos. Es aquí, entonces, cuando aquellos que sí disfrutan del clima electoral y de las internas políticas, encontraron el humor como respuesta y “gancho” para abrirles las puertas a la “mística” política.  

Youtube: Fabrica de Jingles, Gelatina.

Desde los clásicos de Shakira, hasta los de rock nacional, pasando por el reggaeton, las creaciones (que fueron superándose en calidad y producción con el paso de los programas) rápidamente se viralizaron por redes, televisión, programas de radio, boliches y plazas.

Lograron instalarse como temas de conversación y aquello que comenzó como un juego de “consumo irónico” terminó siendo utilizado por candidatos de todas las fuerzas. Tal es así, que previo a las PASO, Martín Lousteau, candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de Juntos por el Cambio (JxC)  pautó un jingle en redes y Javier Milei, candidato presidencial por La Libertad Avanza ( LLA), usó otro en su cierre de campaña. Incluso, el candidato a presidente de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, aseguró en una entrevista, en este mismo programa, que junto a su equipo de campaña utilizan los jingles como motivación para el día a día.

El humor como herramienta cuando la realidad se vuelve abrumadora

Si bien los jingles nacieron como una broma, lograron evolucionar para convertirse en una poderosa herramienta política, que reivindica el humor y lo artístico como elementos fundamentales en la conexión con la audiencia. “Quiero usar la herramienta [el humor] porque es muy potente y por reírnos un poquito nosotros y de la realidad cuando se vuelve abrumadora”, dijo Pedro Rosemblat en una entrevista radial.

De esta manera, a través del ingenio y la creatividad, los jingles se transformaron en un mecanismo de escape y resistencia en el que la audiencia participa de manera activa creando letras, agregando melodías y componiendo canciones pegadizas que hablan de la realidad actual de Argentina. 

“No todo se basa en carpetazos contra los candidatos de derecha, humor o ironía. Algunas canciones son emotivas y otras logran sintetizar el recorrido político de los últimos 40 años en dos minutos”, explicó Marcos Aramburu.

En un contexto político en donde predominan discusiones y estrategias tradicionales y formales, la introducción de elementos emotivos genera una conexión más humana, auténtica y cercana con la comunidad. Aramburu sobre este tema resaltó que «si hay una falencia que está teniendo la política últimamente es que tiene una dificultad muy grande de conmover». «Creo que los jingles hoy son un poco eso», agregó.

Cultura de prosumidores

La cultura de prosumidores transformó la relación entre los espectadores y creadores al permitir que la audiencia no sólo consuma, sino que también participe en la creación de contenido. En clima electoral, esta dinámica tomó un rol protagónico a medida que la audiencia no solo observa, sino que se convierte en una fuerza activa que da forma y sentido a la narrativa política a través de la expresión creativa.

En la era digital, los prosumidores aprovechan las plataformas digitales para expresar sus opiniones o crear su propio contenido. El fenómeno de los jingles, como expresión cultural y política, ilustra cómo la cultura de prosumidores va más allá de la simple interacción en línea, convirtiéndose en una herramienta clave para democratizar la participación en la esfera política.

La audiencia no solo consume discursos políticos, sino que también contribuye a la construcción de narrativas a través de la creación de contenido humorístico y político, consolidando así una cultura participativa que refleja la diversidad de voces y perspectivas.

«Cambiarle las letras a las canciones forma parte de la cultura argentina, hay cientos de ejemplos que van desde las canciones de cancha hasta las canciones militantes», destaca el sonidista y productor bonaerense Blas Ferrarri, reconocido por sus aportes a la fábrica de Tres Estrellas. Según explica, los jingles empezaron a tomar relevancia entre los consumidores del programa, cuando se dieron cuenta de que, a través del humor y la ironía, podían decir muchas cosas que otros ámbitos son silenciadas. «En una campaña oficial, quienes hacemos jingles, no podemos decir que Javier Milei está enamorado de su hermana o que Ramiro Marra es un degerado y puntualmente en esta campaña es necesario este tipo de acciones genuinas que hacen a la mística».

«Se puede trazar algun paralelismo con fines de los 90 principio con los 2000 en cuanto a la desilución, el descontento y desánimo que había con la política. Sin embargo, en ese momento no había organización política ni internet para comunicarnos», concluye Blas.

Narrativa Transmedia

Los jingles forman parte de la narrativa transmedia, estableciendo una conexión con una cultura participativa y política. Estas composiciones, creadas y adaptadas por la audiencia, lograron extenderse no solo por el ámbito del streaming, sino por las principales redes sociales como Facebook, Instagram, Tik Tok, Twitter, Whatsapp y Spotify. Es la misma audiencia la que desempeña un papel crucial en esta expansión al compartir activamente el contenido, al cual se puede acceder de manera autónoma y disfrutar en cualquier lugar.

TikTok: reunión de amigas cantando un jingle.

Este fenómeno representa la contribución de una comunidad al tema agenda que ha sido relevante desde agosto: las elecciones presidenciales.

Los jingles además de ser el segmento de un programa, una playlist de Spotify y un viral en las redes sociales, tuvieron lugar en formato de música en vivo a través de las vedadas. Una programación especial del programa Tres Estrellas, previo a las elecciones primarias y generales, donde una banda tocó los jingles en vivo y se premiaron a los más votados por el publico.

Youtube: La vedada de Jingles, Gelatina.

Como terminó

Los jingles de la campaña electoral 2023 en el programa Tres Estrellas,  transformaron la comunicación política mediante la cultura de prosumidores. El programa y su audiencia son una ejemplificación de cómo el humor y la creatividad son fundamentales para abordar la desconexión política con la sociedad, convocar al electorado y trascender los horizontes del propio programa.

Además, la audiencia logró contribuir a la construcción de nuevas narrativas, más acordes a la era digital sin perder el lugar del mensaje que se quiere expresar. Marcando así, un cambio significativo en la relación entre los medios de comunicación, la política y la audiencia. 

La adaptación de esta narrativa transmedia demostró que gran parte de la sociedad si se quiere involucrar, pero a través de una nueva forma de hacer política: mensajes claros en canciones conocidas que pueden ser cantadas por todos. Un contagio de euforia, que entre tanto malestar, es necesario.

La «Fábrica de Jingles» se presentará en el C Complejo Art Media, ubicado en el barrio de Chacarita en Capital Federal, en un festival con DJs, música en vivo, bailarines y sorpresas adicionales. El evento tendrá lugar el 15 y  16 de noviembre y las entradas se encuentran agotadas.  El 17 el festival viajará a Córdoba y además, anticiparon una gira por otras ciudades del país.

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